Claudio Soto

Una recuperación precaria

Claudio Soto economista jefe de Banco Santander Chile

Por: Claudio Soto | Publicado: Lunes 21 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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“Precarias”. Así califica el Fondo Monetario Internacional (FMI) las perspectivas para el crecimiento mundial. En su reciente World Economic Outlook, publicado la semana pasada, el organismo volvió a reducir su estimación de expansión global hasta 3%. La desaceleración es generalizada y se debe al impacto de la guerra comercial y tensiones geopolíticas en distintos países, por una parte, y factores más estructurales, por otra.

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Entre estos últimos destacan el estancamiento de la productividad y el envejecimiento de la población en los países avanzados. En este contexto, el FMI prevé una moderada recuperación en 2020, cuando el mundo se expandiría solo 3,4%. La precariedad a la que hace mención el Fondo responde a que el mayor crecimiento se daría sólo en algunas economías -como India, que tuvo una desaceleración importante este año- y porque los riesgos a la baja son significativos. Además, las grandes potencias (EEUU, China y Japón, que abarcan casi el 50% del PIB mundial) continuarán moderando su ritmo de expansión, por lo que el sustento para un mayor dinamismo en otras partes es débil.

En su informe, el FMI destaca el cambio de orientación de la política monetaria de los principales bancos centrales, cuya expansividad ha evitado una desaceleración mayor. Sin embargo, esta política monetaria más laxa -y las perspectivas que continuarán así por mucho tiempo-, se ha traducido en reducciones de las tasas de interés de largo plazo, lo que ha comenzado a generar preocupación por sus implicancias para la estabilidad financiera. En efecto, estas tasas bajas incentivan la búsqueda de retorno en activos más riesgosos o menos líquidos, lo cual genera vulnerabilidades. ¿Implica esto que la política monetaria debe desandar el camino? Ciertamente, no. El llamado del Fondo es a fortalecer la supervisión y mejorar los estándares de información, sobre todo para el sector corporativo no financiero, donde pudiesen estar incubándose los mayores riesgos.

¿Y cómo se ve Chile en este panorama? La desaceleración global y los riesgos para el crecimiento han impactado en nuestra economía. Hacia adelante, el consenso de mercado y las proyecciones oficiales apuntan a una moderada recuperación del dinamismo, impulsada por la política monetaria más estimulativa implementada de manera decidida por el Banco Central a partir de junio, después de algunos titubeos previos. Es probable que en la Reunión de Política Monetaria de esta semana el Consejo vuelva a reducir su tasa en 25 puntos base, validando con ello lo implícito en los precios de mercado que apuntan a un impulso mayor.

De cara al futuro, ajustes adicionales dependerán de la evolución del escenario externo y de sus riesgos. En tal sentido, no sería descartable que el instituto emisor pudiese recortar aún más la tasa, de manera de reducir las posibilidades de una desaceleración adicional que prevenga a la inflación a volver de manera sostenida al 3%.

Respecto de los riesgos, es cierto que la caída en las tasas de largo plazo en Chile plantea desafíos. Por lo pronto, no parece haber vulnerabilidades, pero es importante un monitoreo cuidadoso de los mercados. Y por parte de la banca, ya se comienza a avanzar en la regulación de Basilea III, lo que dará un marco que permita estar mejor preparados para enfrentar los desafíos futuros. En los detalles de la implementación de los nuevos estándares será importante equilibrar adecuadamente los objetivos de robustez y resiliencia de la banca, con la necesidad de seguir profundizando el sistema y así continuar expandiendo el acceso a un financiamiento barato.

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